Hoy te traigo uno de los temas más importantes —y también más problemáticos— para quienes escriben una tesis doctoral: cómo organizar el tiempo.
Porque seamos honestos: puedes tener muchas ideas, estar motivado, pero si no organizas bien tu tiempo… la tesis se convierte en una pesadilla que siempre está ahí, pendiente, aplazada.
Primer paso: reconocer tu ritmo real
No escribas tu planificación en función del ideal. Hazlo en función de lo que puedes realmente hacer. ¿Trabajas? ¿Tienes cargas familiares? ¿Estás agotado por otras tareas? Entonces tu tiempo de escritura será más limitado. Y no pasa nada.
Ejercicio: haz un horario semanal y marca en colores las horas posibles para escribir. A partir de ahí, construye tu rutina.
Segundo paso: la escritura es un hábito, no una inspiración
Hay quien espera que llegue “el momento perfecto”. Pero ese momento es una trampa. Escribe incluso cuando no te apetezca. Incluso si no tienes ganas. Porque la escritura se entrena.
Consejo: usa bloques de tiempo cortos, como el método Pomodoro (25 minutos de escritura, 5 de descanso). Tres bloques seguidos equivalen a una sesión seria.
Tercer paso: la tesis como proyecto de largo recorrido
Divide tu tesis en hitos pequeños. “Capítulo 2” es demasiado grande. Di: “revisar bibliografía del epígrafe 2.1”, o “escribir introducción del apartado X”. Cuanto más concreto el objetivo, más fácil es avanzar.
Cuarto paso: deja espacio al descanso y a la vida
No llenes todo tu horario con “obligaciones productivas”. Necesitas tiempo para leer por placer, para salir a caminar, para estar con gente. Una tesis no se escribe desde el agotamiento permanente.
Consejo: bloquea en tu agenda tiempo de descanso igual que bloqueas tiempo de escritura. Es parte del proceso.
Quinto paso: sé flexible, pero constante
A veces no cumplirás el plan. Y está bien. No te castigues. Ajusta, reorganiza, pero no te detengas. La constancia imperfecta vale más que la exigencia paralizante.
Recapitulación
Organizar el tiempo no es solo una técnica: es una forma de cuidarte, de proteger tu energía y de convertir la tesis en un proceso humano, no en una tortura.
