Hoy quiero proponerte un ejercicio práctico: qué escribir en verano. Muchas veces sentimos ganas de escribir, pero no sabemos por dónde empezar.
El verano, con su clima y su tiempo distinto, puede convertirse en la ocasión perfecta para iniciar proyectos literarios más ligeros o experimentar con nuevas formas.
1. El diario de viajes
El verano es tiempo de viajes, cortos o largos. Un diario de viajes no solo recoge los lugares, sino también sensaciones, olores, comidas, sonidos.
- Puedes hacerlo con breves notas diarias, o como pequeños relatos independientes.
- ✒️ Ejemplo: en lugar de escribir “Fuimos a Lisboa”, escribe “El tranvía amarillo crujía por las calles empinadas mientras el aroma de café y canela salía de las pastelerías”.
2. Relatos cortos de verano
El verano es el momento ideal para escribir cuentos breves. Puedes proponerte escribir uno a la semana.
- Temas clásicos: los veranos de infancia, la amistad, las tormentas, los amores fugaces.
- Técnica: pon un límite de extensión (dos páginas máximo) para que sean ligeros y manejables.
- ✒️ Ejercicio: escribe un relato que transcurra en un día de verano, con inicio al amanecer y cierre al atardecer.
3. Esbozar una novela futura
El verano puede servir para preparar la novela que siempre has querido escribir. No hace falta redactarla entera, pero sí puedes trabajar en:
- Los personajes principales.
- Los escenarios.
- La trama básica.
Ventaja: con menos presión académica o laboral, puedes permitirte soñar con calma y diseñar tu proyecto.
Aplicación práctica
Elige uno de estos tres proyectos para tu verano: diario de viajes, relatos cortos o esbozo de novela. Comprométete a dedicarle un tiempo concreto, aunque sean 10 minutos al día.
📌 Tu reto
✒️ Si vas de viaje, escribe hoy mismo un párrafo que no mencione directamente el lugar, pero que lo evoque a través de los sentidos. Si no viajas, haz lo mismo con un rincón cercano que sea especial para ti.
