Hoy quiero acompañarte con un tema muy especial: qué leer en verano para alimentar tu escritura.
El verano suele ser un tiempo de más calma, de días más largos, de vacaciones. Es también el momento en el que muchos recuperamos el hábito lector o nos permitimos explorar libros que en invierno no tenemos tiempo de abrir.
Leer en verano no es solo placer: también es semilla para la escritura. En este episodio, vamos a recorrer juntos diferentes tipos de lecturas veraniegas y cómo puedes convertirlas en una herramienta creativa.
1. Lecturas ligeras que despiertan ideas
En verano buscamos libros que nos acompañen sin pesarnos. Novelas frescas, cuentos breves, poesía ligera. Eso no significa que sean superficiales: muchas veces, la sencillez abre caminos insospechados.
👉 Ejemplo: los cuentos de Alice Munro, aparentemente cotidianos, esconden profundidades humanas que inspiran relatos propios. O el brevísimo “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí” de Monterroso, que nos demuestra que un cuento cabe en una línea.
Ejercicio práctico: Elige un cuento breve y escribe tu propia versión, cambiando el final o trasladando la acción a tu propio entorno veraniego.
2. Releer clásicos en versión estival
El verano también invita a releer. Cuando volvemos a un clásico que ya conocemos, lo hacemos con otra edad, otra experiencia, otra mirada.
👉 Ejemplo: leer Don Quijote en vacaciones puede mostrarte su lado humorístico con más claridad; leer Cien años de soledad en una hamaca te conecta con la magia de lo cotidiano.
Ejercicio práctico: Elige un fragmento de un clásico que ya leíste. Copia un párrafo en tu cuaderno y luego escribe tu propia versión moderna o personal.
3. Lecturas viajeras y temáticas
El verano es ideal para elegir lecturas que acompañen tu entorno:
- Si estás en la playa, novelas marinas (La isla del tesoro).
- Si viajas a la montaña, diarios de caminantes.
- Si te quedas en casa, libros que te lleven a otros mundos.
La afinidad entre lectura y ambiente multiplica la experiencia.
Consejo: prepara un pequeño “kit de lecturas veraniegas” con libros breves que puedas alternar según el momento.
4. Lecturas para mejorar la técnica
El verano también es perfecto para dedicar tiempo a manuales de escritura o libros sobre el arte de narrar. No tienes la presión de las obligaciones, puedes leer despacio y tomar notas.
Algunas recomendaciones:
- Mientras escribo de Stephen King: una mezcla de memorias y consejos.
- El arte de la ficción de David Lodge: reflexiones claras y útiles.
- Cómo se escribe una novela de García Márquez: breve pero iluminador.
Ejercicio práctico: elige un libro de técnica y subraya tres ideas clave. Luego escribe un texto corto aplicando cada una de ellas.
Reto de hoy
El verano puede ser el mejor momento para leer: sin prisas, con luz natural, con tiempo. Pero lo importante es convertir esa lectura en escritura.
Tu reto es el siguiente: Haz tu lista de tres lecturas de verano:
- Un libro breve y ligero.
- Un clásico para releer.
- Un libro de técnica.
Cuando termines cada uno, escribe una breve reflexión de una página: qué aprendiste, qué emoción te dejó, qué frase te marcó. Ese diario de lectura será tu tesoro de otoño.
Gracias por leerme y recuerda que leer es la mejor escuela de escribir.
