Escribe un recuerdo feliz de tu infancia: un ejercicio para sanar y crear
¿Te has preguntado alguna vez por qué ciertos recuerdos de la infancia te acompañan toda la vida?
Te propongo un ejercicio muy especial: escribir un momento feliz de tu infancia. Un recuerdo lleno de sensaciones, de olores, de voces, de emociones… y de descubrimientos sobre ti mismo.
¿Por qué escribir sobre la infancia?
La infancia es un terreno fértil para la escritura. Es un tiempo de primeras veces, de emociones intensas y de memorias que, aunque fragmentarias, guardamos con un poder sorprendente.
Escribir sobre esos momentos felices te permite:
- Reconectar con lo que te hacía sentir bien.
- Activar emociones positivas y crear desde ahí.
- Encontrar un anclaje emocional para tu escritura.
- Conocerte mejor, entendiendo lo que te hacía feliz y por qué.
Ejercicio de escritura: revive un momento feliz
Este ejercicio tiene dos partes, muy breves pero muy poderosas:
1. Escribe con tus ojos de niño
Evoca un recuerdo feliz: un cumpleaños, una excursión, una merienda en casa de tu abuela, un juego con tus hermanos.
Ahora descríbelo como si lo estuvieras viviendo de nuevo. Con tus palabras de entonces. Con tu estatura de entonces.
¿Qué veías? ¿Qué olías? ¿Qué sentías? ¿Quién estaba contigo? ¿Qué hacía especial ese momento?
2. Escribe con tu mirada de adulto
Después, vuelve a contar esa escena, pero desde tu yo actual.
¿Qué significaba aquel momento? ¿Qué aprendiste de él? ¿Por qué te ha acompañado hasta hoy? ¿Qué dice de ti ese recuerdo?
Un ejemplo: cumpleaños con globos y canciones
Imagina que el recuerdo feliz es un cumpleaños con globos, amigos y una tarta casera.
Con ojos de niño: describes los colores, el ruido del papel de regalo, los nervios en el estómago.
Con ojos de adulto: reconoces el amor que había detrás, los gestos de cuidado, el valor de lo sencillo.
Lo mismo puedes hacer tú con tus propios recuerdos. Verás cómo una escena simple se convierte en un tesoro de palabras y de sentido.
¿Para qué sirve este ejercicio?
Para escribir mejor, sin duda. Pero también para:
- Comprenderte mejor.
- Recuperar la calma en momentos difíciles.
- Conectar con lo esencial.
- Empezar un diario, unas memorias, un relato basado en tu vida real.
Y si escribes con regularidad, quizás descubras que ese niño o esa niña que fuiste… todavía tiene mucho que contar.
Reto de la semana
✍️ Reto: escribe dos versiones de un recuerdo feliz de tu infancia:
- Con tus ojos de niño.
- Con tu mirada adulta.
No necesitas más de 15 minutos. Solo papel, lápiz… y una pizca de emoción.
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Toda vida tiene escenas dignas de ser contadas.
Empieza por la tuya.

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